En las dos últimas décadas, se ha producido en España un deterioro considerable de la igualdad de oportunidades, siendo el tercer país de Europa donde peor funciona el ascensor social, tan solo por delante de Rumanía y Bulgaria. Este ranking ha sido publicado por el Instituto de Estudios Fiscales, adscrito al Ministerio de Hacienda, y muestra datos preocupantes que deberían llevarnos a reflexionar sobre donde deberíamos enfocar los esfuerzos en educación y en protección social.
Uno de los deberes de las democracias es promover la igualdad de oportunidades, y debería estar en los programas electorales de todos los partidos políticos. Es muy importante para la sociedad el incentivar el desarrollo y crecimiento de las personas, independientemente de su origen y de su medio social. Vemos con tristeza que, nuestros hijos van a vivir peor que sus padres, quizás los trabajos que desempeñen sean mejores, pero los salarios son claramente peores. Y estas desigualdades no son solo sociales, también lo son territoriales, tanto a nivel general, como dentro de las propias regiones.
Tradicionalmente el sector logístico y marítimo portuario, ha sido un muy buen ejemplo a seguir, al brindar muchas oportunidades de promoción, y por tanto de estimular el ascensor social. Por diferentes razones, el diseñar una carrera laboral en nuestras empresas, no ejercía una gran atracción en el mercado, y por ello muchas de las nuevas incorporaciones a las empresas, venían de familiares y conocidos de las personas que ya estaban trabajando en este sector. En una época en que la formación era escasa, ha sido una constante el haber empezado en las labores más básicas de consignatarias, estibadoras, agencias de aduana o transitarias, y generalmente con mucho esfuerzo y dedicación, y por supuesto habilidades naturales, haber escalado hasta puestos de mucha responsabilidad.
Muchachas y muchachos de la Barceloneta y Zona Franca en Barcelona, o del Cabanyal en Valencia, y cito a estos lugares como ejemplo de barrios cercanos a grandes puertos, con el paso de los años han llegado a ocupar, cargos directivos en muchas empresas del sector, y han sido y son ejemplo y espejo para las nuevas generaciones. Es gratificante el observar como se les ha premiado el esfuerzo, la constancia y una expresión muy de moda, pero que en sus casos cobra todo el sentido: la formación continua.
Ahora debemos adaptarnos a los nuevos tiempos. Afortunadamente la educación obligatoria tiene mucha mayor cobertura y es de mayor calidad. Hay numerosos grados medios y superiores de comercio exterior, logística y transporte, y aunque quede un camino enorme por recorrer, la juventud ha mejorado mucho en el conocimiento de idiomas. No olvidemos las aptitudes técnicas tan necesarias hoy en día, y la llegada del blockchain o de la inteligencia artificial lejos de ser un obstáculo para la empleabilidad, van a ser un reto para estimular a nuestra juventud a aprender, crecer y desarrollarse.
El impulso de la logística y el transporte en general, conlleva que haya una gráfica ascendente de empleos de esta rama de la economía, y durante el año 2022, se superó el millón de empleos en transporte y almacenamiento, según datos del Foro de Logística. Nuestro sector es una buena apuesta para la juventud, y además va a seguir manteniendo abiertas las puertas del ascensor social. ¡No dejéis de pasar esta oportunidad!