Esta mañana se han sucedido en el sureste de Turquía dos terribles terremotos de magnitud 7.9, que han causado numerosas víctimas además de importantes daños en las infraestructuras del país. Turquía tiene un largo historial de violentos temblores, al encontrarse junto a la intersección de tres grandes placas tectónicas, que provocan estos seísmos de difícil predicción.
En lo relativo al puerto de Iskederun, que está cercano al epicentro de los terremotos, los efectos han sido devastadores, aunque no se han producido por el momento pérdidas de vidas humanas, lo que parece imposible viendo el paisaje de destrucción y terror. Las imágenes muestran como uno de los principales puertos del país, ha quedado gravemente dañado y necesitará de mucho tiempo y esfuerzos de las autoridades, para volver a una cierta normalidad. Y además el daño en una instalación de tanta importancia, afectará sin duda a todo el Mediterráneo durante las próximas semanas.
Los que nos dedicamos al shipping, debemos conmovernos frente a un desastre natural de esta magnitud, y que afecta tan directamente a las actividades de nuestro negocio. Podemos imaginar como habrá afectado el terremoto, a nuestros compañeros consignatarios, transitarios, y estibadores en Iskenderun, que ven como en un momento, su medio de vida queda comprometido. Me vienen asimismo a la cabeza las imágenes de la explosión del puerto de Beirut en agosto del 2020, o la de Tianjin el 2015.
Toda nuestra solidaridad con las víctimas y afectados por el terremoto, y desear que se recupere lo antes posibles la normalidad en el puerto de Iskenderun.